marisma, marea baja
invierno soleado, alto sol
sombra del agua
bailan sonrojadas
atardece
la luna crece
Galo
jueves, 29 de diciembre de 2011
miércoles, 14 de diciembre de 2011
Volver a contar, es volver a vivir! (1a Parte)
Recibiendo las noticias de nuestro buen amigo Karl y su nueva aventura, tuve que regresar a recordar desde el hecho de como se abría mi cuenta en este blog. Es cierto, pocas han sido mis participaciones dentro del mismo, pero la verdad es que he disfrutado lo poco que he escrito y mejor aún la idea de saber que pasa con ustedes; así pues, decidí darme a la tarea de hacer una contribución con el objetivo de dar señales de vida.
Hasta donde yo recuerdo, la idea de que crearamos este blog, era principalmente saber que acontecía de nuestras vidas; la cosa es que siempre por causas que no deberían ser excusas, nos alejamos de esta bonita práctica, pero hoy vamos a hacer un recuento del año, por lo menos en lo que a mi respecta, ya de ahi, si gustan los invito a que hagan lo mismo.
De las cosas más interesantes es sin duda mi aventura por el viejo continente. Desde que migró el primero de nosotros a esas tierras prometidas y cuándo por los azares del mundo no pude acompañar a mis otros dos carnales del alma, el objetivo de ir a Europa se estaba volviendo más que un deseo en todo un reto por cumplir y que se logró este año. La idea de ir a una carrera ciclista simplemente fue un bonus que nunca esperé. Aquí, no sé si compartan la idea conmigo, pero cuándo uno disfruta tanto de realizar una actividad, uno sueña o anhela poder hacerlo con las mejores condiciones, más aún, si es un deporte. ¿Qué niño que juega futbol en la calle no sueña con pisar un día el cesped del estadio de CU? (porque no hay otro estadio, o ¿si?) ¿O que chavo de la prepa que juega en las canchas de basquet no disfruta el día que por fin pisa una cancha de duela? Pues al igual que ellos, ahora que practico el ciclismo, la idea de correr por Europa era, por un día, sentirme un profesional corriendo el Tour de France (aunque nada más entre a una zona de sus alpes).
La experiencia en si fue impactante y me transformó. El simpe hecho de enfrentar un reto de ese tamaño te cambia en muchos aspectos, te forja el carácter y si lo logras, por lo menos en lo que a mí respecta, me hizo más determinante. Para mí, ahora el ciclismo es como una especie de metáfora de la vida, por momentos vas en planito, no necesitas mucho esfuerzo para avanzar y puedes estar mucho tiempo en ese lapso, pero un día te llegan las pendientes, pesadas y difíciles de escalar, las que te hacen flaquear y dudar si quieres seguir en esa carrera, pero tu fortaleza mental debe darte para decirte: "una pedaleada más, una más" y así seguir avanzando poco a poco hasta que por fin y después de un gran esfuerzo llegas a la cima y luego de ahi, después de todo el esfuerzo que te costó subir, viene la bajada, que es llena de adrenalina, emocionante, divertida y en la que simple y sencillamente, te sientes vivo.
Esto es parte de lo que aconteció en este año, desafortunadamente ahora no tengo fotos que compartir, pero ya me daré el tiempo de hacerlo. Por lo pronto dejo hasta aqui mi recuento del año, si gustan y quieren, hagamos uno todos, yo prometo seguir con la parte 2 el día de mañana.
Saludos
Cronicas de viaje: Warszawa I
Después de un tiempo que pareció interminable llegamos finalmente a Varsovia. Será que hace mucho tiempo que fué que vine o que el invierno deja una estampa diferente, pero la ciudad ahora tiene otro color, si es que estos grises y azulados lo son. La temperatura se ubica todos los días cerca de los cero grados, a las 4 de la tarde ya se ocultó el sol y las calles parecen más largas de lo que eran en aquel mayo en que estuve por acá. En estos primeros días ha sido un poco difícil aclimatarse, es cierto, pero el sabor del serek wanilliowe asi como de la cerveza zywiec son tan buenos como en mis lejanos recuerdos. El jet-lag ha sido nuestro peor enemigo hasta ahora, con estos días cortos, adormilados en el día y despertando en la madrugada como evocando las tardes en México y sintiendo que las horas se hacen cortas, tal vez un poco mas pesadas, quizás deberíamos levantarnos más temprano, aunque a veces no resulta tan fácil hacerlo como escribirlo. Hoy se cumplieron 30 años de la implantación del toque de queda en Varsovia, de que Lech Walesa y sus huestes de obreros cimbraron las calles para exigir que hubiera más justicia, más oportunidades y vaya que ahora parece que las hay. A esta hora la ciudad ya no luce tan agitada, de hecho es de lo más tranquila en un día como hoy, con perros y gente caminando bajo estas luces y este frio tan específicos, con la silueta de algunos arboles de navidad recortados en la distancia.
Warzawa, Polska 13 grudnia 2011
Warzawa, Polska 13 grudnia 2011
domingo, 30 de octubre de 2011
Maíz y frijol. Millo e feixón.
La sombra de los castaños regaba erizos y hojas. Yo dejé mi bicicleta en la orilla del camino junto a la puerta trasera de la finca. Las castañas brillaban como mis brazos recogiendo feixones y millo. Abrí a las gallinas, había un huevo, las acompañé entre los manzanos, no quedaban manzanas. Cosecha. Semillas que de mi boca llevaron la saliva al hueco cavado por mi talón. Un campo dónde sembramos maíz, frijol y calabaza. Un campo donde silvestres crecieron bledos y verdolagas, pamplinas y albahacas. Permacultura.
Un abrazo
Galo
Un abrazo
Galo
martes, 25 de octubre de 2011
El circo
"El circo" de la Maldita Vecindad fué el primer cassette que compré con la conciencia de audioescucha a mis escasos 11 años, juntando el dinero de varios domingos y creo que un poco a escondidas en una tienda a las afueras del metro Viaducto que creo que aún sigue existiendo.
Supe acerca del disco después de un viaje a Guadalajara en el que un chico que conocí, Ricardo, me presentó a la Maldita, a ésos personajes del vasto imaginario del disco que de alguna forma reconocí y "Kumbala" la que según Ricardo era la mejor canción que había escuchado en su (corta como la mía) vida. Aún recuerdo que en ése viaje escuché muchas veces, con aquél chico del cual nunca volví a saber nada, el disco completo, en desorden, o sólo "Kumbala" una y otra vez hasta que el sueño nos vencía.
Al llegar a la Ciudad de México y después de un tiempo que pareció eterno pude adquirir ése pequeño objeto del deseo, a un precio que me pareció una fortuna, todo oloroso a plástico y a papel impreso, del cual no comprendía todo lo que decía a ciencia cierta pero que me gustaba y atesoraba como a mis mejores juguetes.
20 años después y al pensar en ello creo que ése fué un breve, pero importante paso de aquélla certera niñez a la adolescencia incierta de los siguientes años.
Supe acerca del disco después de un viaje a Guadalajara en el que un chico que conocí, Ricardo, me presentó a la Maldita, a ésos personajes del vasto imaginario del disco que de alguna forma reconocí y "Kumbala" la que según Ricardo era la mejor canción que había escuchado en su (corta como la mía) vida. Aún recuerdo que en ése viaje escuché muchas veces, con aquél chico del cual nunca volví a saber nada, el disco completo, en desorden, o sólo "Kumbala" una y otra vez hasta que el sueño nos vencía.
Al llegar a la Ciudad de México y después de un tiempo que pareció eterno pude adquirir ése pequeño objeto del deseo, a un precio que me pareció una fortuna, todo oloroso a plástico y a papel impreso, del cual no comprendía todo lo que decía a ciencia cierta pero que me gustaba y atesoraba como a mis mejores juguetes.
20 años después y al pensar en ello creo que ése fué un breve, pero importante paso de aquélla certera niñez a la adolescencia incierta de los siguientes años.
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